El 17 de septiembre de 1945, el santo jesuita Alberto Hurtado partió de Santiago de Chile hacia México. Hizo escala en Costa Rica para conocer al Arzobispo de San José, ya por entonces conocido en Latinoamérica por su acción ante los problemas sociales. Ese celo pastoral lo compartía el santo, canonizado por Benedicto XVI el 23 de octubre del 2005, patrono en Chile de los trabajadores y del sindicalismo. No olvidemos que Mons. Sanabria había fundado la Central Sindical Rerum Novarum. Fue el encuentro de dos almas que sintonizaban en su particular manera de luchar por el Reino de Dios.